Habla con tus células: ellas escucha, actúan y sanan.

Consejos, visualizaciones y meditaciones para lograrlo.

 

Hace un tiempo, escribí: “El físico está abierto a abandonar la reactividad, a sanar, a llegar a acuerdos para dejar de “tirarle” lo que no sabemos/podemos resolver en áreas emocionales o mentales.  Tradicionalmente, el cuerpo ha soportado la basura y mostrado los conflictos sin solucionar, en espera de que despertemos y nos hagamos responsables de lo que hemos creado.  En estos momentos, tiene un doble trabajo: procesar tanto los conflictos personales como el cambio tendiente a contener más energía y funcionar en la 5D.  A veces, no solo estamos liberando temas de esta vida o de nuestro ámbito individual sino además los de un paradigma que hemos sostenido por eones y que está en retirada.  Es muy difícil.  Quienes piensan que hacer esta transformación es leer sobre temas espirituales, comer verdura, hacer yoga y poco más, tarde o temprano se encontrará con la realidad: deben enfrentarse a sus propios asuntos inconclusos, con sus relaciones, con el trabajo, con el sistema que han sostenido”.

 

En esta época tan desafiante, tus células escuchan y puedes transformar síntomas y enfermedades como nunca antes. Quizás, has llegado a ese punto en que entiendes que es necesario tener otra relación con tu cuerpo y te preguntas cómo hacerlo.  Aquí algunos ejemplos:

 

  • En un tema puntual, al darte cuenta de que lo has saturado con un problema emocional, puedes hablarle a las células para que no se enfermen, prometiéndoles que lidiarás con el tema de otra forma.  Por ejemplo, tu garganta comienza a irritarse y carraspeas; tomas conciencia de que debiste aclarar un inconveniente con tu hermano; le dices a tus células que frenen el proceso, que ya te diste cuenta la razón y que expresarás tu disconformidad.

 

  • Puedes hacer una meditación/visualización por todo tu cuerpo, pasando por cada parte, o hacer un barrido general, tan corto o largo como quieras. Es mejor si estás en un estado general de conciencia profunda, respirando armónicamente, relajado, en un ambiente calmado y silencioso.

 

  • Algunas cosas que puedes decirte:

 

  • En principio, acepta tu cuerpo y la inteligencia de tus células. Evita los enojos, la tristeza, el odio, las consignas negativas, las exigencias.  Consiente que no te has comunicado con él, que lo has abandonado y demandado mucho y que ahora te vincularás diariamente.  Pídele perdón y dale amor y reconocimiento por su fundamental labor.

 

  • Pregúntale cuál es el mensaje que te comunica con sus síntomas. Puede aparecer una respuesta inmediata o símbolos que deberás decodificar o luego encontrarás su significado.  Requiere qué cambios necesitas realizar y prométele que los cumplirás.

 

  • Haz un recorrido general, poniendo más atención en los lugares más comprometidos o, si no tienes tiempo, visualiza los que tienes problemas. Puedes usar distintos colores: verde, azul zafiro, violeta, etc.  Deja que surja el que corresponda al momento.

 

      (No encontré una imagen con los colores azul y dorado, pero esta te puede servir para imaginarlo.)

 

  • En estos momentos, es muy importante conectarte al planeta. Sugiero visualizar un toroide: energía azul zafiro que surge del centro de la Tierra, sube hasta el chacra Estrella de la Tierra, a unos 20 cm de los pies, y sigue elevándose por todos los chacras hasta el Estrella del Alma, a unos 20 cm por encima de la cabeza, y cae hacia los costados volviendo a subir.  A medida que pasa por cada parte del cuerpo, puedes pedir que “cada célula de piel, músculos, ligamentos, tendones, huesos, órganos, glándulas, nervios y neuronas, sentidos, sea sanado y restaurado a su perfección original, limpiando las memorias emocionales y kármicas, y conectando con la salud y el bienestar”.

 

  • Luego, visualiza luz dorada proveniente del Sol de nuestro sistema o del Sol de Alción (de las Pléyades), entrando por la Estrella del Alma, hace su recorrido lentamente por todos hasta conectar con el centro de la Tierra, subiendo rápidamente para elevarse por los costados del cuerpo y caer al centro. Puedes pedir que la luz “instaure y expanda los códigos de luz en tus cuerpos energéticos, a fin de servir a la elevación de la  humanidad y de la Tierra hacia la quinta dimensión”.

 

  • Resumiendo, el toroide tiene dos corrientes: una que viene de la Tierra, azul, y cae a los costados y otra que viene del Sol, dorada, y sube a los lados. Si no puedes visualizarlas, no te preocupes; tu alma lo hará.

 

  • El envejecimiento es un tema que también puedes elaborar. El cuerpo está condicionado por un paradigma general de que, a más edad, más achaques, enfermedades y debilitamiento.  Podemos cambiar eso dejando de repetir este tipo de razonamientos y frases y pidiéndole a las células que se mantengan jóvenes y sanas.  Un mantra podría ser: “Soy cada vez más vital, sano, fuerte, flexible, adaptable, alegre, abundante, próspero y amoroso”.

 

Estos son solo algunos consejos; investiga o déjate llevar por lo que surge de ti; a medida que lo vas haciendo, cada vez tendrás mejor relación con tu cuerpo y las palabras y las emociones aparecerán solas.  Es fundamental que lo hagas con convicción, paciencia, amabilidad, fe y, sobre todo, con amor.  Es obvio recalcar que necesitas tiempo para que haga efecto; no sucederá de un día para otro, ya que hace mucho que vienes siendo negligente con tu cuerpo.  Además, irás fortaleciendo tus poderes creativos y sanadores a medida que continúes.  ¡Prueba!

 

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