El ego es frágil, de cristal. Cualquier cosa lo hace enojar y defenderse. Es orgulloso y vanidoso. Como es imperfecto, inadecuado, débil, salta inmediatamente cuando le hacen notar algunas de estas cosas.
Es fácil percibirlo cuando discutimos. Si alguien dice que nuestro argumento es estúpido, enseguida interpretamos que NOSOTROS somos los estúpidos y montamos en cólera o nos callamos avergonzados o nos sentimos una porquería.
Esa identificación con el ego es malsana. Eso no significa que tengamos que destruirlo; es básicamente un instrumento y así debemos usarlo. ¿Cómo ponerlo en su lugar?
Humillarlo.
¿Suena feo? Lo digo en el sentido de que no hagamos nada de lo que comenté antes. Eso le da más poder, en el fondo. Si nos enojamos, avergonzamos o disminuimos, estamos dándole mucha importancia, le estamos siguiendo el juego, y continuamos atrapados en sus manejos.
Venimos con un diseño y esa es una matriz. Nos gusta creernos complejos, pero ella dicta casi todas nuestras reacciones. Podemos hacer lo imposible por cambiarla, pero no lo lograremos. Solo conseguiremos luchar contra nosotros mismos y, la mayoría de las veces, perder lo que sí nos hace únicos.
¿Qué hacer frente a las reacciones?
Respirar y contenernos es una buena estrategia. O sea, NO reaccionar. Luego, podremos ELEGIR qué hacer: aceptar que es verdad (el argumento o que somos estúpidos), reconocer que no y que es un tema del otro, optar cómo actuar y, sobre todo, integrar ese atributo y no esconderlo o proyectarlo.
Hay distintas formas de considerar esto: la forma usual es que somos una multitud de Yoes, de Aspectos, que interactúan entre sí y cada uno se arroga el derecho de llamarse YO. En Diseño Humano, son Activaciones que manejan nuestro flujo de energía, a la vez que nos brindan herramientas prácticas para fluir con la vida.
Cómo manejarlos.
En el primer caso, si nos descubrimos en un Yo que no nos gusta, ¿por qué resistirnos, excusarnos, echar culpas? Todos somos así. Es parte del combo del ego. Aceptando, cesa la lucha. No tenemos necesidad de pelearnos con ello ni ocultarlo. Lo integramos como una parte de nuestra Comunidad de Aspectos, sin darle voz (en una próxima Entrada, explicaré en detalle).
En Diseño Humano, esos Aspectos son Activaciones conscientes e inconscientes que ya traemos. Las inconscientes son importantes, porque son atributos heredados que no registramos (los demás sí) y que nos constituyen tanto como los otros.
Saber lo que traemos es fundamental, porque no podemos escapar de ello. Victimizarnos o culpar porque “no quiero ser así/no me gusta” es sufrido y tonto, ya que se impone… y venimos con dones y cualidades que tampoco registramos por concentrarnos en los NO y los traumas.
Al reconocerlos y aceptarlos, podemos utilizarlos a nuestro favor. Nuestro diseño es único y maravilloso: los condicionamientos familiares y sociales nos hacen creer que tenemos que ser otros para ser felices. Solo podemos serlo siendo nosotros mismos.
Conoce tus Activaciones y recursos haciendo tu Carta de Diseño Humano.
