Malas y buenas amistades

Me gustan las personas que tienen una actitud de apertura, integración, alegría, fluidez, evolución; que toman la vida con profundidad pero sin drama. Y se permiten siempre los buenos momentos, aún en rachas difíciles.

 
Escucho frecuentemente que “los amigos se conocen en las malas”. No estoy tan de acuerdo. Me explico: hay personas que sólo pueden compartir las malas situaciones. Viven en un paradigma de lucha y sufrimiento y andan corriendo de un lado a otro con sus problemas y los de los que lo rodean. Si los invitas a pasar un lindo momento, no tienen tiempo, pero seguramente aparece si estás enfermo o se muere alguien.
De alguna forma, me hacen acordar a las personas que no tienen tiempo ni dinero para terapia o actividades que los transformaría hacia mejores actitudes, pero sí para divertimentos tontos o para padecimientos (da lo mismo un signo u otro en este tema).
 
Se dan distintos comportamientos en lo relacional. Describí uno de ellos: el de personas que viven en la lucha y el sufrimiento y están para acompañar en eso, pero les cuesta darse espacios para el placer y la alegría. Hay también personas que “disfrutan” con el dolor ajeno, porque tienen componentes sádicos o psicopáticos en sus esquemas. Otros envidian el bienestar de los demás porque creen que no pueden acceder a eso, al permanecer ignorantes de sus potencialidades.
 

Algo que está pasando en estos tiempos es una mezcla de individualismo (que no es malo si podemos dirigirlo hacia la unión de las mejores aportes hacia un bien común) y de responsabilidad. Esto implica que muchas veces nos quedamos solos frente a lo que hemos convocado, para poder conocernos y fortalecernos; es un llamado al poder personal, a los recursos creativos que poseemos para salir de situaciones, sin echar culpas ni esperar que nos salven.
Todo esto implica un equilibrio difícil de lograr entre lo personal y lo comunitario, entre lo que nosotros podemos y la ayuda que puede venir, entre el amor por uno mismo y el de los demás, entre dar y recibir, etc. En eso estamos…
 
Me gustan las personas que tienen una actitud de apertura, integración, alegría, fluidez, evolución; que toman la vida con profundidad pero sin drama. Y se permiten siempre los buenos momentos, aún en rachas difíciles.

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