Abrazar la Vida

Transformar a través de abrazar, no luchar.
Es notable cómo las mismas organizaciones que dicen buscar la concordia se proclaman en discordia: “luchar por la paz” es una contradicción absurda. “Defender a las víctimas” es sumirlas en lo mismo. “Ganarle a la enfermedad” es no comprender la dinámica cuerpomente. El lenguaje está teñido de toda clase de expresiones combativas: ser un guerrero, luchar la vida, tener armas para defenderse frente a los obstáculos, estar fogueado, poner el pecho a las balas; referirse al otro como enemigo, como adversario. Y así salimos, como soldados inexpertos cada mañana…
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Una razón por la cual no confiamos en el amor es que se nos presenta de formas carentes de poder. Muchas veces, quienes son “buenos” parecen “buenudos” y, de hecho, lo son. La verdadera bondad no reside en no conocer la oscuridad o seguir las convenciones sociales o religiosas o vivir en una nube resplandeciente o no ser “malo”, sino en saber que se tiene la capacidad de serlo pero no se lo elige. Atravesando la oscuridad para encontrar la luz, integrando todos los aspectos…
Hemos vivido en el polo masculino: la conquista. ¿Podremos generar una energía tan grande como esa incluyendo lo femenino, abrazando la vida? ¿Encontraremos ese fantástico poder de transformación? La respuesta está en el Amor. Y comienza en ti.

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