Como buena ariana, la constancia no es una de mis cualidades. Tiendo a cambiar y adaptarme con facilidad. Tengo amigos (taurinos, por ejemplo) a quienes, si les gusta una comida, van continuamente al mismo restaurante a comerla, mientras que a mí me encanta ir probando sabores diferentes.
Ese entusiasmo adrenalítico de los comienzos, obviamente, me encanta, pero es necesario perseverar para lograr lo que deseamos. Durante bastante tiempo, pensé que yo no podía, hasta que un amigo me hizo notar que, cuando mi resolución era verdadera, una cuestión del alma, yo tenía una notable constancia.
Era (es) cierto. Si bien voy mutando asiduamente, nada ni nadie me detiene cuando creo en un propósito. Viendo en la distancia, mi vida toda es el resultado de la constancia en un sueño, en un anhelo propio y compartido de una Nueva Tierra, en una Nueva Energía.
Hay consultantes que se desaniman porque vuelven a las actitudes que desean abandonar. Es necesario tenernos paciencia (otra virtud que he tenido que apreciar y trabajar) para perseverar en la buena vida. Es remarcable cómo parecemos tener una gran insistencia en mantener lo que nos daña y limita (sería constancia negativa) y tan poca para lo que nos hace bien.
Valorarnos es también una cuestión de constancia. Así, encontraremos al Ser que somos.
4 comentarios
Graciasssssss por ayudarme a entender que puedo tener preciosa constancia. Graciasssssss por entrenar me en este verdadero sentido de la vida.
Graciasssss por ser tan constante en aprender a ser vos misma, en cuidarte y amarte. Aquí estoy siempre. Besos.
Gracias por mostrar lo bueno que es ser constantes,en lo que va tambien en nuestro propio beneficio,amandonos mas,cuidandonos y cocociendonos a nosotros mismos,
cariños Laura,
Gloria
Así es, Gloria, la constancia en nuestro propio conocimiento, aceptación y amor mostrará el camino a otros y nos encontrará en un nuevo paradigma disponible para todos. Besos.